Cada 11 de septiembre, en Argentina, tenemos el honor de poder conmemorar a los maestros, aquellos quienes dejan su corazón para enseñar, educar y transformar el entendimiento de las futuras generaciones.
Los maestros, son mucho más que un apoyo educativo; son los pilares que sostienen el aula, con dedicación, esfuerzo y vocación. Desde corregir tareas, resolver conflictos y brindar ayuda en conceptos esenciales para el aprendizaje, hasta mantener la calma para que el orden reine en sus clases. Su trabajo son las raíces en las que crecerá el conocimiento para el silencioso, pero no muy lejano, mañana.
Con inteligencia, destreza y habilidad, moldean el saber y lo transforman en un concepto más cercano, más simplificado, más fácil de conservar. Gracias a su gran labor, hasta las cuentas más difíciles parecen tener solución.
Cada ocupación merece su reconocimiento y qué mejor forma de agasajarlos, brindándolas una parte de todo lo que ellos nos dan, tan sólo deteniéndonos un momento para decirles ‘Gracias por tu saber’. En un día como hoy, celebremos su labor, validemos su esfuerzo al recordarles el conocimiento y la importancia del arte de su enseñanza. Silencioso, paulatino, pero sumamente eficaz y fundamental.